lunes, 13 de diciembre de 2010

. .

Nunca has sido suficiente para nadie. Ignoras cualquier opinión, la ignoras por completo. Ignoras la pompa, el fausto y hasta posiblemente aborrecerías el lujo. Recuerdo el paraguas roto de colores y la secta que era el instituto. Sé que me hubieras buscado problemas sólo para sacarme de ellos, tenías la intención de pelear sin razón. Permanente provocación, era una niña y un niño, mi imagen era inocente y yo intentaba prolongar ese papel. ¿Cómo se supone que tendría que actuar ahora? Ignoraba las clases, los escasos alumnos y alumnas atractivos. Tu magnifica inteligencia no tenía competencia, pero, sólo era para mí. Tu ostentosa mirada (sí, ostentosa) era cómo un melancólico último florecimiento mientras caía en mi joven y profunda decadencia. Decadencia personal.
Tenía que remarcar todo lo ocurrido antes de decir lo siguiente.
En mi vida avía perdido el tiempo de manera tan exagerada, pero indolente ni me exalto. Tengo que destacar que las mujeres desnudas te chiflaban, pero está bien.
Todo es un simbólico oro que no se puede pulir. Como clase social dominante todos se postraban ante ti y yo.. yo era algo así como tu mascota.

No hay comentarios:

Publicar un comentario