miércoles, 15 de diciembre de 2010

. .

Antes de que existiera la palabra para definirlo, sin saber el por qué atrae al espectador y a toda su órbita. He sentido la comprensión, pero estaba rodeado de un aura que lo convierte en icono, y por lo tanto inaccesible. Me he prometido varias veces no pensar en la escena digamos.. “prohibida”, me plantearía decapitar la imagen equivocada por completo si no hubiera una duda, y la duda es bella. Es como un efecto de repetición, seguido de una dura crítica. Esto entorpece mis pasos, que moderno. Todo pensado con una voluntad y fuerza ciega que convierte mis pensamientos en un interminable círculo de exceso y vergüenza. Creo que sólo quería un crimen, el último crimen. No debería ser un problema hablar de temas tabú, de la decadencia, la pobreza mental en toda su fealdad, pero no, es imposible hablarlo con alguien y no puedo reprimirlo. Supuestamente mi propósito no debería ser más que el de la heroica desnudez, los puños cerrados y mi mirada dirigiéndose directamente a las alturas.. La utópica generación es una ilusión.
Y veo a la gente como ornamentos imposibles de pulir hasta la exageración (una vez más)

Tengo cosas que hacer

Atentamente

No hay comentarios:

Publicar un comentario