jueves, 26 de agosto de 2010

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Ellos caen de de la montaña uno a uno de una forma natural y descuidada acabando en posturas patéticamente naturales. Al final siempre dejan al descubierto sus genitales, sus tristes frutas podridas saturadas de estimulación. Entre ellos parece haber una triste figura que me confunde y me hace estremecer al sentirme identificado. La decepción al verla caer como todos buscando refugio en alguien también capaz de confundir a cualquier extraterrestre de estas actitudes, a mi persona forastera. Hablan de que no buscan la aprobación de nadie, hablan de los humanos como si fueran extraños. Su perfumado olor me confunde una vez más pero mi hipótesis se reafirma… No son más ni mejores que los anteriores y los futuros viéndoles caer de la montaña, fuego fatuo y direcciono mi mirada al el mármol sentado en mi acolchada cama de loco completamente decepcionado. Sólo espero ver algo más la próxima vez y que me traigan gelatina.

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